Los días salvajes: Historias olvidadas de una década crucial 1971-1982
Marcelo LarraquyEste libro fue haciéndose solo.
No solo en el sentido estricto, sino sin pretensiones. O sin más pretensiones que las de un pescador que una y otra vez lanza su red entre las olas del mar de los acontecimientos. Y en ese ejercicio, en esa rutina, va recogiendo escenas, fragmentos, voces, restos perdidos, y trabaja para recomponerlos.
Así se fueron completando las páginas de este libro, con historias disueltas en la memoria o directamente desconocidas.
Los días salvajes no contiene todos los episodios centrales de la década de 1970, ni siquiera los más sobresalientes. Aquí hay atentados y secuestros, así como canciones, percepciones, obras de teatro, vida cotidiana.
Su única intencionalidad fue una búsqueda libre, azarosa, casual.
Y esa búsqueda fue acercándolo a nuevos episodios, que estaban sumergidos en otros ámbitos, escondidos sobre otros bordes, pero que también contenían las formas de la época, reproducían su estética, su atmósfera, su intensidad, su violencia y además habían sido atravesados de manera profunda por lo que esos años habían sido.
Los episodios de este libro pueden parecer dispersos o dispares, pero hay fuerzas ciegas que los reúnen a todos. La fuerza de las expectativas colectivas no resueltas. La fuerza de las ideas y de las ilusiones, de los odios. La fuerza del miedo, de las tragedias, de lo que se quiso y no se pudo. De lo que se padeció.
Quizás esas fuerzas ciegas, rescatadas desde el mar de los acontecimientos, leídas en conjunto, puedan ofrecer una versión integrada y consistente de una época más olvidada que reconocida, más traumática que asimilada. Tal vez Los días salvajes, con estas historias, pueda rescatar su lenguaje, su sonido.